Brandon H. era el estudiante que tenía montones de cosas para hacer. Mantenía un equilibrio entre la Sociedad de Honor Nacional, la competencia Más estruendoso que una bomba, el Mikva Challenge, participaba del gobierno estudiantil, debates políticos y del club de emprendedorismo, por mencionar tan solo algunos. Sus actividades extracurriculares en la escuela secundaria no sólo lo ayudaban a lograr un alto rendimiento académico -era el que tenía las mejores calificaciones y obtuvo una beca Posse- sino que también lo ayudaron a sobresalir en la universidad y en la vida.
Brandon dice que las habilidades que está usando ahora, como estudiante de la Universidad Denison, las usaba en esos clubes. Es más, dice que ha obtenido su trabajo actual porque su empleador vio que tenía antecedentes de hacer más de lo que le exigían.
Si bien Brandon reflexiona con beneplácito sobre su época de estudiante en el sistema de Escuelas Públicas de Chicago, no todo lo relativo a su experiencia escolar era perfecto. Hubo épocas en las que no se sentía seguro de ir y venir de la escuela, por la violencia que se vivía en su vecindad.
"Me han robado a punta de pistola un par de veces, hubo una vez que me atacó una pandilla de 14 tipos por mirar mal a uno de ellos, una vez jalaron el gatillo sobre mi simplemente porque mis guantes tenían un tono colorado". A pesar de estas experiencias, Brandon fue muy positivo sobre la experiencia académica y extracurricular que tuvo en las Escuelas Públicas de Chicago. Reconoce que la escuela hizo todo por hacerlo sentir a él, y a sus compañeros, seguros mientras estaban en la escuela, pero que a veces resulta difícil apartar lo que sucede en la comunidad del ámbito escolar.
"La educación fue la única manera de tener libertad económica y social... Puedo conseguir el empleo que deseo, perseguir los objetivos que pretendo... Puedo iniciar mi propio emprendimiento, postularme para un cargo gubernamental, ser partícipe de un cambio social... pero no puedo hacer nada de eso sin tener educación", comenta Brandon.
Brandon dice que si hubo una cosa que cambiaría de la educación, eso sería el financiamiento. "Los educadores son personas que trabajan con muchísimo empeño, pero en cierto momento hay que reconocer que uno obtendrá en proporción a lo que invierte. Si uno cuenta con una persona extremadamente talentosa por ahí, que desea hacer un cambio... y si a los docentes no les van a pagar mucho, entonces uno se perderá de una magnífica oportunidad concreta para contar con una persona sólida que lidere un aula. Creo que el sistema educativo de Chicago debería comenzar por tratar a los docentes como si fueran sus principales inversores dentro de una comunidad. Una vez logrado eso, se podrán conseguir mejores mentores, mejores programas y mejores resultados".
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